Elogio al Óxido

Elogio al Óxido

Jaime Barrera

SEP • 22 • 22

El Maestro Jaime Barrera nace en el año de 1949 en Mérida, Yucatán, lugar en donde actualmente reside; de formación ingeniero y de vocación artista plástico ha obtenido diversos reconocimientos tanto nacionales como internacionales y sus obras se encuentran en valiosas colecciones en diversas partes del mundo.

En más de cincuenta ocasiones su obra se ha presentado en exposiciones tanto individuales como colectivas, en México y el extranjero. Es importante mencionar algunas de ellas, como la Florence Biennale de Italia; la Galería Broadway del Soho de Nueva York en 2010 y en la exposición internacional Effetto Biennale “Celebrating the Equinox” Mérida 2012. En la VIII Bienal de artes visuales del Estado de Yucatán, el jurado le otorgó el primer lugar a su obra.

JAIME BARRERA

En el año 2016 celebró sus 20 años de creación ininterrumpida con dos exposiciones individuales; la primera en el Museo de Arte Contemporáneo Ateneo de Yucatán MACAY; la segunda “Memorias” en la galería principal del Teatro José Peón Contreras y “Escenas del 20-20” en el Centro Cultural Olimpo. Como parte de su trayectoria de 20 años como artista, se publica un gran libro de arte denominado “Las Voces del Agua, Retrospectiva 1995-2015”. En abril del presente año expuso en la galería principal del Teatro José Peón Contreras “Recuento, 25 años 1996-2021”.

En noviembre de 2021, inaugura la Galería de Arte Contemporáneo, Jaime Barrera; un nuevo espacio cultural en el norte de la ciudad de Mérida, con el objetivo de exponer, promover y difundir su obra y el de otros creadores en Yucatán.

Casa Gemela, con esta gran exposición, hace un merecido homenaje a la trayectoria de uno de los artistas plásticos más importantes de México.

EL PROCESO CREATIVO

La abstracción ha evolucionado sus rasgos formales y significativos sin dejar atrás las nuevas aportaciones y el modo de concebir el arte desde mediados del siglo XX. Hoy, estamos ante un artista que ha transformado su obra y los materiales que en ella emplea de un modo original.

Comenzó aplicando acuarela sobre el papel, para pasar al acrílico y posteriormente a la integración de diversos materiales que sus ojos entrenados encuentran accidentalmente o tiene a mano, como el papel, cartón, alambre, restos de pintura que se han secado en el bote o fragmentos de hierro bellamente oxidados por el tiempo, que atesora como cazador por los lotes de chatarra, transformándolos, a través de una nueva organización estética sobre la superficie del lienzo, en un sublime diálogo entre ellos.

En lugar de hablar desde nuestra perspectiva sobre la obra del Maestro Jaime Barrera y de tratar de definir su proceso creativo, consideramos que es mejor darles paso a las palabras del propio autor, para conocer a través de su particular manera de ver y concebir su mundo pictórico, su obra:

“Realmente poco importa el encasillamiento o la ubicación de mi pintura en los múltiples movimientos pictóricos contemporáneos. Y es que mi pintura no es tan rígida ni demasiado planeada. No es sistemática o metódica. Cambió mucho el método. A veces inicio por un extremo o por otro, otras veces sigo otro plan, sin comenzar por un lugar determinado. No tengo una disciplina rigurosa. Pinto lo que quiero y cuando quiero. Me dan ganas de pintar y pinto.

Mi obra podríamos decir que se ubica dentro de la abstracción poética, cuyo lirismo se sostiene sobre una composición libremente concebida y con un color que brota de mi alma. Las formas de estas pinturas, las figuras, estructuras, trazos y grafismos encierran todas las lenguas, son atemporales, sin memoria. Se aventuran a contener una expresión infinita, la que cada uno desee darle en diferentes momentos. En ella hay formas sumergidas entre capas de materia, o sobrepuestas, enlazadas, difuminadas, transformadas con el propósito de provocar en el espectador una atmósfera que seduce los sentidos.

Yo únicamente sugiero emociones, ideas, sentimientos a través de mi pintura y el espectador las termina con sus propias evocaciones y conclusiones. Esto es debido a que el abstracto permite más posibilidades de lectura que la figura, de tal manera que el espectador participa y termina la obra.

Mi pintura demanda una concentración intensa y es cuando un torrente de formas abstractas y colores se agolpan en mi cerebro con infinitas opciones estéticas, desesperadas por nacer…

Una vez definidas y seleccionadas, juego con ellas y sólo después de un proceso mental se hacen presentes para siempre en el lienzo o el papel. Es un acto de magia que termina por satisfacer plenamente mi espíritu y mi conciencia.”